Las nubes están más cerca de la superficie terrestre, según un nuevo estudio financiado por la NASA que se basa en datos aportados por satélites de la agencia espacial.
La altura de las nubes ha disminuido en promedio un uno por ciento durante la primera década de este siglo y ello podría tener consecuencias para el clima global en el futuro.
Científicos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, analizaron registros sobre la altura de las nubes desde marzo de 2000 a febrero de 2010.
Para ello utilizaron datos obtenidos por el espectro radiómetro de ángulos múltiples, Multiangle Imaging Spectroradiometer, o MISR, uno de los instrumentos a bordo de la sonda Terra.
MISR fue construido por el Laboratorio de Propulsion a Chorro de la NASA, Jet Propulsion Laboratory o JPL, en Pasadena, California, y es uno de los cinco instrumentos a bordo de Terra.
El instrumento utiliza nueve cámaras a diferentes ángulos que producen imágenes de las nubes alrededor del planeta, permitiendo medir su altura y movimiento.
Impacto en el calentamiento global
El estudio, que fue publicado en la revista Geophysical Research Letters, mostró una tendencia a la disminución en la altura de las nubes.
A lo largo de la década, la reducción promedio fue de entre 30 y 40 metros y gran parte de la disminución en la cifra global se debió a la menor presencia de nubes a grandes alturas.
Los científicos descubrieron patrones complejos, con disminuciones en la altura en algunas regiones y aumentos en otras. Pero a nivel global, la tendencia promedio es una reducción en altura.
El profesor Roger Davies, uno de los investigadores, señaló que si bien los registros no cubren un tiempo suficientemente prolongado como para indicar cambios definitivos, sí proveen un indicio de que "puede estar ocurriendo algo importante".
Los científicos deberán monitorear a largo plazo la altura de las nubes para determinar cuán significativos son los cambios para la temperatura global del planeta.
Una reducción consistente en la altura de las nubes podría contribuir a la pérdida de calor hacia el espacio y reducir la temperatura en la superficie terrestre, lo que a su vez podría hacer más lentos los efectos del calentamiento global.
"No sabemos exactamente qué es lo que ha causado una reducción en la altura promedio de las nubes", señaló Davies.
"Pero la razón debe estar relacionada con un cambio en los patrones de circulación que regulan la formación de las nubes a gran altura".
Incertidumbre
Sólo ha sido posible recientemente medir los cambios en la altura de las nubes a nivel global.
Está previsto que la sonda Terra siga recogiendo información hasta el final de esta década.
"Las nubes son uno de los grandes factores de incertidumbre a la hora de predecir el clima del futuro", señaló Davies.
"Es extremadamente difícil proyectar la altura de la nubes y por eso esta variable no suele ser tomada en cuenta en los modelos computarizados sobre el clima futuro. Por primera vez hemos logrado medidr la altura de las nubes a nivel global y el desafío ahora es incorporar esta información en los modelos climáticos".
Otra misión de la NASA que estudia las nubes es CloudSat, que fue lanzado en 2006 y es el primer satélite que utiliza radares para hacer un corte virtual hacia el interior de la nube con el objetivo de ver su estructura vertical.