22:66 Al amanecer, se reunieron los ancianos del pueblo, tanto los jefes de los sacerdotes como los maestros de la ley, e hicieron comparecer a Jesús ante el Consejo.
22:67 —Si eres el Cristo, dínoslo —le exigieron.
Jesús les contestó:—Si se lo dijera a ustedes, no me lo creerían,22:68 y si les hiciera preguntas, no me contestarían.22:69 Pero de ahora en adelante el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios Todopoderoso.
22:70 —¿Eres tú, entonces, el Hijo de Dios? —le preguntaron a una voz.
—Ustedes mismos lo dicen.
22:71 —¿Para qué necesitamos más testimonios? —resolvieron—. Acabamos de oírlo de sus propios labios.
23:1 Así que la asamblea en pleno se levantó, y lo llevaron a Pilato.
23:2 Y comenzaron la acusación con estas palabras:—Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al emperador y afirma que él es el Cristo, un rey.
23:1 Así que la asamblea en pleno se levantó, y lo llevaron a Pilato.
23:2 Y comenzaron la acusación con estas palabras:—Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al emperador y afirma que él es el Cristo, un rey.
23:3 Así que Pilato le preguntó a Jesús:—¿Eres tú el rey de los judíos?
—Tú mismo lo dices —respondió.
23:4 Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la multitud:—No encuentro que este hombre sea culpable de nada.
23:5 Pero ellos insistían:—Con sus enseñanzas agita al pueblo por toda Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.
23:6 Al oír esto, Pilato preguntó si el hombre era galileo.
23:7 Cuando se enteró de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo mandó a él, ya que en aquellos días también Herodes estaba en Jerusalén.
23:8 Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento; hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él, y esperaba presenciar algún milagro que hiciera Jesús.
23:9 Lo acosó con muchas preguntas, pero Jesús no le contestaba nada.
23:10 Allí estaban también los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, acusándolo con vehemencia.23:11Entonces Herodes y sus soldados, con desprecio y burlas, le pusieron un manto lujoso y lo mandaron de vuelta a Pilato.
23:12 Anteriormente, Herodes y Pilato no se llevaban bien, pero ese mismo día se hicieron amigos.
23:13 Pilato entonces reunió a los jefes de los sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,
23:14 y les dijo:—Ustedes me trajeron a este hombre acusado de fomentar la rebelión entre el pueblo, pero resulta que lo he interrogado delante de ustedes sin encontrar que sea culpable de lo que ustedes lo acusan.23:15Y es claro que tampoco Herodes lo ha juzgado culpable, puesto que nos lo devolvió. Como pueden ver, no ha cometido ningún delito que merezca la muerte,23:16 así que le daré una paliza y después lo soltaré.
23:18 Pero todos gritaron a una voz:—¡Llévate a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!
23:19 A Barrabás lo habían metido en la cárcel por una insurrección en la ciudad, y por homicidio.23:20 Pilato, como quería soltar a Jesús, apeló al pueblo otra vez,23:21pero ellos se pusieron a gritar:—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
23:22 Por tercera vez les habló:—Pero, ¿qué crimen ha cometido este hombre? No encuentro que él sea culpable de nada que merezca la pena de muerte, así que le daré una paliza y después lo soltaré.
23:23 Pero a voz en cuello ellos siguieron insistiendo en que lo crucificara, y con sus gritos se impusieron.
23:24 Por fin Pilato decidió concederles su demanda:23:25soltó al hombre que le pedían, el que por insurrección y homicidio había sido echado en la cárcel, y dejó que hicieran con Jesús lo que quisieran.