El número de consultas de mujeres que quieren someterse a una operación de rejuvenecimiento vaginal se ha triplicado en los últimos meses, según el jefe del servicio de Ginecología del Hospital USP La Colina (Tenerife), Francisco Montes de Oca, único especialista del país acreditado por el Instituto de Rejuvenecimiento Vaginal con Láser de Los Ángeles, centro de referencia internacional en estos tratamientos.
El doctor Montes de Oca explica que estas técnicas se realizan con láser, lo que hace que la recuperación de las pacientes sea mucho más rápida y que las cicatrices sean mínimas. "A las seis semanas las cicatrices son casi imperceptibles", agrega Montes de Oca, quien al mismo tiempo señala que el postoperatorio de este tipo de intervención es muy bueno.
Así, precisa que tras la operación, anestesia los nervios de la zona, lo que hace que las mujeres no sientan ningún dolor entre las 24 y 48 horas siguientes. Después, sólo experimentan alguna molestia al sentarse, que se puede aliviar con frío localizado y un analgésico suave.
El doctor indica también que deberán esperar seis semanas para volver a tener relaciones sexuales, aunque a los siete días de la intervención pueden incorporarse sin ningún inconveniente al trabajo.
El ginecólogo de USP La Colina quiere dejar claro que éste es un paso más en la evolución de la cirugía ginecológica que pretende dar respuesta a nuevas demandas por parte de las pacientes y que se sustenta en las mejoras técnicas que se han producido en los últimos años en el campo de la medicina.
"Primero se pasó de la cirugía abierta a la mínimamente invasiva por medio de la utilización de la laparoscopia, y ahora, el camino se dirige hacia este tipo de técnicas que utilizan el láser", subraya.
El doctor Montes de Oca explica que el rejuvenecimiento vaginal incluye varias técnicas: la labioplastia, el rejuvenecimiento vaginal propiamente dicho (estrechamiento y reconstrucción) y la reparación del himen.
La primera de ellas, que dura en torno a una hora y media, consiste en reducir el tamaño de los labios o recuperarlos del daño que puedan haber sufrido durante el parto.
Sobre el rejuvenecimiento vaginal, apunta que muchas mujeres después de dar a luz pierden la tonicidad del músculo de la vagina, y con este tipo de intervención, que es similar a la que se aplica cuando se sufre un prolapso, las pacientes además de recuperar el aspecto estético y visual de sus vaginas, recuperan también su función.
"En ocasiones, después de dar a luz, las relaciones íntimas no son lo mismo, ya que el grado de satisfacción sexual está íntimamente relacionado con la fricción y ésta disminuye al perder tono muscular. Al devolver a la vagina la tensión previa al parto, aumenta el grado de satisfacción sexual", detalla el doctor Montes de Oca.
En cuanto a la reconstrucción del himen, se trata de una intervención especialmente demandada por pacientes procedentes de culturas en las que la virginidad continúa siendo un requisito previo al matrimonio y que consiste en restaurar esta membrana que rodea la apertura de la vagina.
En su opinión, el incremento de este tipo de cirugía tiene que ver con un cambio social de calado, pues "antes las mujeres ni se miraban; ni se exploraban y, por supuesto, ni se comparaban". "Ahora son mucho más conscientes de su cuerpo y del de otras mujeres y el pudor que tenían con todo lo relacionado con sus genitales ha desaparecido", sentencia.
Montes de Oca indica también que lo que se está haciendo en este ámbito es utilizar técnicas quirúrgicas estéticas más sofisticadas aplicadas a la cirugía ginecológica convencional, como el láser.
El doctor, que se formó en esta técnica en el instituto del doctor David Matlock de Los Ángeles, dice que muchas mujeres se acercan a su consulta frustradas y con un complejo tan grande que les impide, incluso, tener relaciones sexuales.
"Después de la intervención son personas diferentes", subraya el especialista, quien afirma que opera tanto a mujeres de entre 45 y 50 años, como a jóvenes de entre 20 y 30.