El FBI está preocupado por el lanzamiento de la nueva versión del protocolo de Internet IPv6, previsto para el próximo 6 de junio, ya que puede afectar al desarrollo de las investigaciones en la Red en el futuro.
Es probable que sea necesario elaborar “instrumentos adicionales” para realizar ese tipo de investigaciones, señaló un portavoz del FBI.
Las direcciones del protocolo de Internet, o direcciones IP, son identificadores numéricos únicos que se asignan a cada dispositivo conectado a la Red global. El protocolo orignal IPv4 fue desarrollado a inicios de los 80 y se basaba en un sistema de 32 bits capaz de generar más de 4.200 millones de direcciones IP.
El nuevo protocolo IPv6 albergará un rango de direcciones de Internet que es prácticamente inagotable en un futuro imaginable: las direcciones pasan de 32 a 128 bits, es decir, de 2 elevado a 32 direcciones a 2 elevado a 128 direcciones. Estas posibilidades garantizarían la esperada expansión de Internet de manera que toda clase de dispositivos se podrían conectar a la Red.
Ahora, cuando el rango de direcciones IP existentes se está agotando, se considera también un método paliativo el uso de los NAT (Network Address Translation): dispositivos que permiten el acceso a Internet a varias computadoras desde una misma dirección IP, pero esta solución disminuye la seguridad del uso de la Red.
Precisamente esto es lo que le preocupa al FBI, que tendrá que aplicar más esfuerzos para encontrar al autor de un presunto delito cibernético, por ejemplo.
La primera transición de prueba al protocolo IPv6 se llevó a cabo el 8 de junio de 2011. En el test, que duró 24 horas, participaron Google, Facebook, Yahoo y Bing. En la transición del 6 de junio de este año tomarán parte compañías como Microsoft, Google y Cisco, entre otras.
Los proveedores de Internet que participan en el proceso empezarán a transferir a una parte de sus clientes al nuevo protocolo y los fabricantes de routers instalarán el IPv6 como el protocolo por defecto de sus aparatos.
La transición también afectará a la capacidad de los proveedores de Internet para responder inmediatamente a los requerimientos legales de los órganos competentes sobre la navegación en la Red de un cliente determinado.
Se espera que la transición completa de un protocolo al otro, que no son compatibles entre sí, se realice en tres años. Así que el FBI tendrá tiempo suficiente para encontrar una solución al ´problema´.
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