Chou Hong Hun, un taiwanés de 28 años, fue apresado por la Policía de Tailandia, que halló los cuerpos en un maletín que tenía en el hotel de Bangkok en el que se alojaba
No sólo rostizó a las criaturas. Luego las pintó con una laca que en ese país del sudeste asiático se conoce como "Ya lak" y los cubrió con pan de oro.
Su intención era que parecieran unos Kuman Thong (Niño dorado), que en la región es considerado un fetiche que trae buena suerte.
Los recién nacidos ya estaban muertos cuando llegaron a manos del maniático. Los compró por 6.600 dólares, siguiendo el encargo de otro hombre, quien lo contrató para que los preparara y los vendiese por la web.
A quién o dónde compró los cuerpos no se sabe, pero las autoridades sospechan de la existencia de un mercado de tráfico de bebés muertos.
Inspectores de Sanidad habían encontrado en 2010 más de 2 mil fetos y cadáveres de recién nacidos en un monasterio tailandés. Provenían de clínicas privadas ilegales que se dedican a practicar abortos.
