Las autoridades malaisias deben poner en libertad a Hamza Kashgari y no devolverlo a Arabia Saudí, donde corre peligro de ser ejecutado por los mensajes sobre el profeta Mahoma que envió por Twitter, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
Hamza Kashgari fue detenido en el aeropuerto de Kuala Lumpur el jueves por la mañana por dos hombres sin uniformar que se lo llevaron. Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades malaisias, que no lo han acusado de ningún delito común reconocible, que revelen su paradero y garanticen su acceso a un abogado.
“Hamza Kashgari corre peligro inminente de ser devuelto a Arabia Saudí, donde podría ser ejecutado si se considera que sus afirmaciones constituyen apostasía”, ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, que ha añadido: “Amnistía Internacional considera a Hamza Kashgari preso de conciencia, ya que está detenido en Malaisia por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, y pide que sea puesto en libertad de forma inmediata e incondicional”.
Hamza Kashgari, nacido en 1989, salió de Arabia Saudí el 6 de febrero amenazado de muerte después de que destacados clérigos lo acusaran de apostasía por los mensajes que había enviado por Twitter, que consideraban ofensivos hacia el profeta Mahoma.
En Arabia Saudí, la apostasía está penada con la muerte. Según los informes, el 7 de febrero el monarca saudí pidió al Ministerio del Interior de su país que se detuviera a Hamza Kashgari y se le exigieran responsabilidades por sus afirmaciones. Hamza Kashgari llegó a Kuala Lumpur el 7 de febrero y fue detenido dos días después, cuando trataba de seguir viaje hacia Nueva Zelanda.
Según han informado los medios de comunicación, el ministro del Interior malaisio confirmó que Hamza Kashgari había sido detenido y afirmó que estaba en contacto con las autoridades saudíes respecto a los nuevos pasos a dar sobre el caso.
“Las autoridades de Arabia Saudí deben desoír la petición de detener a Hamza Kashgari por ejercer su derecho a la libertad de expresión y rechazar cualquier petición para que Malaisia lo entregue por este motivo”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui.
Amnistía Internacional ha afirmado que las autoridades malaisias reprimen la libertad de expresión con penas de prisión y multas, pero no ejecutan por ejercer pacíficamente este derecho.
“Si las autoridades malaisias entregan a Hamza Kashgari a Arabia Saudí, acabarían siendo cómplices de cualquier violación que este sufra.”