Los afrocolombianos de Cartagena de Indias, ciudad que antiguamente era un centro comercial de esclavos, combaten la segregación racial con programas de autoconcienciación.
Situada en una estratégica posición en el Mar Caribe, Cartagena de Indias es una de las ciudades más importantes de Colombia. También es una de las que cuenta con la mayor cantidad de población de origen africano, de hecho el 36 % de los cartageneros reconocen su raíz negra. Sin embargo, pese a su elevada representación muchos de ellos son discriminados y viven en precarias condiciones.
En la ciudad el paisaje común es por un lado los modernos edificios de la gente pudiente y a su alrededor cinturones de casuchas y conjuntos habitacionales como este, donde generalmente habitan los afrodescendientes en condiciones de extrema pobreza.
El 80 % de estas comunidades no ve satisfechas sus necesidades básicas como el resto de la población.
La carga del pasado
Cartagena de Indias fue uno de los mayores puntos de comercio de esclavos africanos durante la Colonia. Desde esa época la comunidad negra ha tenido que luchar contra una serie de prejuicios sociales y barreras raciales que les han impedido mejorar su nivel de vida.
“Hicimos un estudio de las 100 empresas más importantes de Cartagena. Analizamos los tres cargos de más rango en ellas y encontramos que en los puestos de gerentes, subgerentes y directores financieros no hay ni un afrodescendiente”, sostiene Nausícrate Pérez, secretario del Interior del Distrito Cartagena.
Modificaciones internas
Pero al parecer algo está cambiando. Nilson Magallanes forma parte del Centro de Cultura Afrocaribeña y desde hace más de una década trabaja para concientizar a la población afrocolombiana de su historia y su aporte en diferentes ámbitos. Aspectos clave para que los propios individuos cambien su situación.
“Es necesario que la persona sea agente de su propio desarrollo y desde esa conciencia pueda generar cambios y transformaciones sociales, afirma.
Música, gastronomía y distintas expresiones artísticas son sólo algunos de los aportes de la comunidad africana a la cultura colombiana. Una contribución que lenta, pero persistentemente está siendo reconocida por la misma sociedad.
Necesidad de acciones conjunta
En los barrios pobres de Cartagena el trabajo con niños es intenso. Los profesores son testigos de cómo la discriminación entre los propios integrantes de la comunidad africana es frecuente.
Según los docentes, no sólo es el sistema educativo el que debe actuar. La primera responsabilidad está en el hogar de los niños y solo a partir de la acción conjunta entre familias y escuelas se podrá aspirar a que la discriminación racial quede definitivamente en el pasado.
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