Medio millón de jugadores patológicos hay en Italia, un país que gasta cada año unos 80.000 millones de euros en juego, a una media de 2.000 euros por persona, según datos oficiales.
La vanguardia de este ejército que crece de forma alarmante son amas de casa desperadas y menores. Uno de cada cuatro adolescentes hace una apuesta a la semana y el 11 % tiene riesgo de juego compulsivo.
El caso de Luca, de 13 años, es cada vez más habitual. Está en tratamiento en Pavia. Un enfermo de juego que por hacerse con dinero para las máquinas tragaperras roba en casa. Como Luca, que no son capaces de distanciarse de las máquinas tragaperras y apuestas, incluidas las on line, hay 100.000 adolescentes en Italia, según las estimaciones de la Asociación para el estudio del juego (Alea).
Son datos alarmantes que colocan a Italia entre los primeros países del mundo en juego y los problemas derivados del mismo, el único además que ha aumentado el gasto, un 25%, desde que se inició la crisis, mientras que en el resto del mundo disminuyó el 5 %.
Casi la mitad de esos de ese medio millón de «esclavos» del juego son pensionistas, amas de casa, desempleados y, en general, personas con problemas que buscan en el juego compensaciones afectivas o dinero para poder llegar a fin de mes.
Tratamientos gratuitos
La situación se ha hecho tan dramática que el ministro de Sanidad, Renato Balduzzi, ha anunciado curas gratuitas para los miles de jugadores compulsivos, que serán tratados en los servicios sanitarios públicos y por asociaciones de voluntarios.
Son 6.000 las personas que ya están en tratamiento en 197 centros que curan las depedencias de alcohol, drogas, compras y, ahora, el juego. Entre esos 6.000 adictos al juego, el 40 % son esempleados, precarios, pensionistas y amas de casa que cuentan a los médicos que gastan entre 100 y 1.000 euros a la semana. Pero son capaces también de realizar gastos mayores, comprometiendo su pasado y su futuro.