La religión es un elemento prevalente y de mucha importancia en las cárceles de Estados Unidos. Esa es la conclusión de un análisis de la División de Religión y Vida Pública del Centro de Investigaciones Pew, tras entrevistar a los capellanes que trabajan en prisiones en cincuenta estados del país.
Las prácticas de proselitismo son comunes, dijeron siete de cada diez de los encuestados, y esas prácticas resultan en conversiones de una creencia a otra. 26% señaló que la mayoría de los reos que participan en iniciativas religiosas se convierten, mientras que 51% dijo que sólo algunos prisioneros se convierten.
Los grupos que captan la mayor cantidad de conversos son los musulmanes y los cristianos protestantes, indican los resultados del sondeo.
La mayor parte de los capellanes (73%) indicó que la consejería religiosa es fundamental para la rehabilitación de los detenidos.
La mayoría también afirmó que los programas religiosos en las cárceles del país han mejorado en los últimos tres años y en ese mismo período ha aumentado la participación de los reos en las iniciativas.
Una minoría de los encuestados indicó que el extremismo religioso es común. 12% los considera común y 29% dijo que el extremismo es algo común.
Ese extremismo se registra más frecuentemente, según los encuestados, entre los musulmanes y entre religiones más desconocidas o paganas.
La mayoría de los capellanes respondió que el extremismo no supone amenazas. Sólo 4% considera que presenta amenazas y 19% dijo que a veces supone peligro.