Un policía local de Turkmenistán en la capital, Ashgabad, detuvo a finales de febrero al pastor de una casa local protestante, y a tres de sus invitados, porque cada uno de ellos tenía una Biblia. Los cuatro fueron trasladados al Consejo para Asuntos Religiosos del Gobierno para ser interrogados y retenidos durante una hora en una celda con otros reos, antes de ser llevados ante los tribunales, pública Forum 18 News Service.
Aunque el juez se negó a probar los hechos y sin la debida documentación, este declaró culpables a los cuatros protestantes y los obligó a pagar una multa por violar el artículo 205 del Código de Infracciones Administrativas (”violación a la ley sobre las organizaciones religiosas”). El juez multó a cada de ellos con 357 Manats (125 dólares estadounidenses).
El artículo 205, especifica multas de entre cinco y diez veces el salario mínimo mensual por denegar el registro de una comunidad religiosa o participar en una comunidad religiosa no registrada. Las multas pueden duplicarse en caso de reincidencia.
Pocas respuestas ha habido de parte de Turkmenistán, permitir la libertada religiosa en el país. Debido a esta censura religiosa, este será uno de los temas planteados que se hablará los días 15 y 16 de mayo en el historial del país en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, examinado por las Naciones Unidas (ONU) y el Comité de Derechos Humanos en Nueva York.
La delegación de Turkmenistán, dirigida por el vicecanciller, Vepa Hadjiyev, rechazó las preocupaciones de la Comisión sobre las restricciones a la actividad religiosa. Hadjiyev, negó que existan restricciones a la importación de la literatura religiosa, o vestidos de religiosos.
La delegación de Turkmenistán, parece haber dado respuestas evasivas o ignorados las preguntas de la Comisión respecto a las restricciones que ha puesto en contra de la adoración religiosa no registrada, la denegación de registro estatal y las restricciones de la educación religiosa, en particular con los niños.