Sofía, de 24 años, permaneció privada de su libertad desde abril de 2005 cuando su esposo la encerró en la precaria vivienda que compartían en la localidad de Guernica donde fue víctima de golpizas, abuso y amenazas.
La policía liberó a la mujer merced a una denuncia de la hermana de la víctima que logró establecer una comunicación con Sofía a través de la red social Facebook y gracias a testimonios de los vecinos.
"Gracias a las indicaciones que la víctima pudo darle a vecinos linderos mediante señas o gestos que indicaban que estaba secuestrada, es que pudimos llegar hasta ella", dijo el instructor judicial German Di Pascual.
El funcionario aclaró sin embargo que la familia de la víctima sabía que Sofía era retenida por su esposo contra su voluntad, aunque desconocían el lugar.
Los familiares adujeron ante la justicia que "jamás se habían atrevido a irrumpir en las casas donde sospechaban que ella estaría por la peligrosidad de su pareja".
"Todos le tienen temor al imputado porque dicen que es una persona agresiva que porta armas de fuego", dijo.
La mujer, que fue rescatada el viernes y tuvo cuatro hijos con el acusado durante su cautiverio, "no salía casi nunca y cuando lo hacía era acompañada por su captor, por eso no podía pedir ayuda. Uno de los testigos relató que cuando ocasionalmente la veían, ella lograba expresarles con frases cortas la situación en que se encontraba y solicitarles auxilio mediante señas", explicó.