Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) han confirmado que el océano Ártico se deshiela dos veces más rápidamente de lo que se pensaba y que eso podría tener graves consecuencias medioambientales.
El grupo de investigadores llegó a estas conclusiones basándose en los datos recogidos por el satélite europeo CryoSat-2, lanzado en 2010 para monitorear el espesor del hielo en el Ártico. “Un análisis preliminar de nuestros datos indica que el ritmo de disminución del volumen del hielo en verano en el Ártico podría ser mucho más rápido de lo que sospechábamos”, aseguró el doctor Seymour Laxon, un científico del Centro Polar de Observación y Modelización (CPOM) del University College de Londres, citado por el periódico Observer. El centro se ocupa de analizar la información obtenida por el CryoSat-2. El análisis de estos datos indica que la pérdida de hielo fue de 900 kilómetros cúbicos el año pasado, un 50% más de lo previsto por los medioambientalistas. Entre las causas de esta desaparición masiva figuran el calentamiento global, así como el nivel elevado de emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores alertaron de que si las estimaciones son correctas, todo el hielo podría desaparecer de la región del Ártico, lo que provocaría consecuencias desastrosas para el medio ambiente e impulsaría una carrera por hacerse con los recursos naturales de la zona. ¿Sin hielo en el Ártico para 2022? Según la comparación de los datos actuales y los recuperados de satélites antiguos, en el invierno de 2004 el volumen de hielo en el Ártico central era de 17.000 kilómetros cúbicos, mientras que en el invierno pasado se situó en 14.000. El programa CryoSat también ha demostrado que en verano de 2004 había unos 13.000 kilómetros cúbicos en el océano y este verano hay sólo 7.000. Aunque los científicos aclaran que los datos son preliminares y podrían variar, los expertos estiman que el deshielo se acelera y que si los cálculos son correctos, el manto helado del Ártico podría desaparecerse por completo en una década. Los investigadores dicen que en este caso la Tierra podría reflejar menos radiación solar, lo que calentará la región aún más. Como resultado de esto la temperatura del océano y su nivel aumentarán y derretirán los depósitos de metano situados en el piso oceánico. Y una vez que estas grandes cantidades de metano, uno de los gases de efecto invernadero más poderosos, penetren en la atmósfera, el calentamiento global se intensificará aún más.
El grupo de investigadores llegó a estas conclusiones basándose en los datos recogidos por el satélite europeo CryoSat-2, lanzado en 2010 para monitorear el espesor del hielo en el Ártico. “Un análisis preliminar de nuestros datos indica que el ritmo de disminución del volumen del hielo en verano en el Ártico podría ser mucho más rápido de lo que sospechábamos”, aseguró el doctor Seymour Laxon, un científico del Centro Polar de Observación y Modelización (CPOM) del University College de Londres, citado por el periódico Observer. El centro se ocupa de analizar la información obtenida por el CryoSat-2. El análisis de estos datos indica que la pérdida de hielo fue de 900 kilómetros cúbicos el año pasado, un 50% más de lo previsto por los medioambientalistas. Entre las causas de esta desaparición masiva figuran el calentamiento global, así como el nivel elevado de emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores alertaron de que si las estimaciones son correctas, todo el hielo podría desaparecer de la región del Ártico, lo que provocaría consecuencias desastrosas para el medio ambiente e impulsaría una carrera por hacerse con los recursos naturales de la zona. ¿Sin hielo en el Ártico para 2022? Según la comparación de los datos actuales y los recuperados de satélites antiguos, en el invierno de 2004 el volumen de hielo en el Ártico central era de 17.000 kilómetros cúbicos, mientras que en el invierno pasado se situó en 14.000. El programa CryoSat también ha demostrado que en verano de 2004 había unos 13.000 kilómetros cúbicos en el océano y este verano hay sólo 7.000. Aunque los científicos aclaran que los datos son preliminares y podrían variar, los expertos estiman que el deshielo se acelera y que si los cálculos son correctos, el manto helado del Ártico podría desaparecerse por completo en una década. Los investigadores dicen que en este caso la Tierra podría reflejar menos radiación solar, lo que calentará la región aún más. Como resultado de esto la temperatura del océano y su nivel aumentarán y derretirán los depósitos de metano situados en el piso oceánico. Y una vez que estas grandes cantidades de metano, uno de los gases de efecto invernadero más poderosos, penetren en la atmósfera, el calentamiento global se intensificará aún más.
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