Si la canción "Diamonds are a girl’s best friend", inmortalizada por la versión de Marilyn Monroe en la obra "Los hombres las prefieren rubias", se hiciera hoy, los diamantes quedarían a un lado, y los zapatos serían los amigos fieles de las chicas.
"Me gusta tener toda mi plata donde pueda verla: en mi armario", dijo alguna vez Carrie Bradshaw en "Sex and the City", y muchas han seguido su consejo: hay varias mujeres que han invertido fortunas incalculables en zapatos. Son el objeto más deseado de varias, su debilidad, de los que nunca se tienen demasiados. Algunas tienen cientos de pares y no piensan parar hasta tener una colección digna de un museo.
Contando con un público tan fiel como lo son las mujeres, es simple entender por qué hay tantos diseñadores de calzado. Desde Loboutin hasta Salvatore Ferragamo, la imaginación de estos diseñadores es infinita, y con el objetivo de deslumbrar e impactar en el mundo de la moda, han llegado a crear zapatos imposibles de usar, literalmente.
La excéntrica y trendsetter Lady Gaga llevó al estrellato a los zapatos que desafían la gravedad (además de ser extremadamente difíciles de usar, mucho menos caminar) del diseñador japonés Noritaka Tatehana. Otra fashion addict que puso de moda a un diseñador de zapatos es la actriz Sarah Jessica Parker, cuyo papel en "Sex and the City" se definía por los zapatos Manolo Blahnik o Jimmy Choo que la neoyorquina usaba. Jeffrey Campbell es otro de los diseñadores que está en voga, él es el responsable de las botitas con plataforma y taco altísimo que hemos visto y seguiremos viendo por las calles y pasarelas.
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