Milán, un niño de cuatro años, sobrevivió dos semanas con la mitad de su cuerpo quemado en su casa de Pocona, ante la indiferencia de los responsables de la atentado y familiares, quienes, como parte de un escarmiento por sus travesuras, lo obligaron a caminar sobre las brasas en reiteradas ocasiones.
Milán tiene los pies, piernas y glúteos quemados. El fuego penetró casi hasta los huesos y le ocasionó heridas de segundo y tercer grado en el 50 por ciento de la superficie corporal. De acuerdo con los médicos del pabellón de Quemados del hospital Manuel Ascencio Villarroel ya habían transcurrido tantos días cuando Milán fue rescatado que la fase de dolor más intenso transcurrió sin que el recibiese auxilios.
Por su historia clínica se conoce que fue un tío, quien conmovido por su estado y al percatarse que sus heridas estaban infectadas lo trasladó de Pocona al centro de salud de Montepunko, en el cono sur del departamento. Pero, por la gravedad de sus lesiones fue referido al Hospital de Punata y luego traído hasta el pabellón de quemados.
Ayer, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Cercado anunció que el niño tiene al menos 50 días de impedimento y que deberá afrontar un largo proceso de curación.
La encargada de la Defensoría Mabel Montaño informó que se ha sentado una denuncia en la Fiscalía por lesiones graves y se iniciará un proceso para pedir la pérdida de autoridad paterna.