El féretro llegó esta tarde, en medio de aplausos, a la vivienda de la madre de Zamudio en la localidad de San Bernardo, una villa sencilla con aire rural del sur de Santiago. La familia ha pedido que el velorio sea privado y que solo asistan familiares y vecinos de la víctima. Los funerales, sin embargo, que se realizarán este viernes en el Cementerio General de Santiago, serán precedidos por un largo cortejo que podrá ser presenciado por todos los ciudadanos que deseen mostrar su repudio por el asesinato.
La muerte de Daniel Zamudio ha tenido un enorme impacto en la sociedad chilena y ya ha tenido sus primeros efectos políticos. El Gobierno de Sebastián Piñera ha pedido al Congreso que se discuta con suma urgencia el proyecto de ley antidiscriminación que se encontraba estancado en el Poder Legislativo desde hace siete años. La iniciativa pretende penalizar la segregación por origen étnico, religión, creencia, estado civil, género y orientación sexual y había sido rechazada por grupos de parlamentarios, sobre todo de la derecha. Lo anunció el portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, y el proyecto de la ley podrá ser discutido la próxima semana en la Cámara de Diputados.
La Iglesia católica, a través de su máxima autoridad en Chile, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzatti, también lamentó la muerte del joven homosexual. “Todos somos hijos e hijas de un mismo Padre que nos ama. Nadie puede ser agredido, denostado o excluido por su raza, sexo, edad, condición o creencias”, ha señalado el sacerdote a través de su portavoz. Sin embargo, el presidente del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, lo criticó en duros términos por no haber visitado a la familia de Zamudio y, hace unos meses, haber ido a ver a un sacerdote chileno condenado por abusos sexuales.
Al margen del encendido debate sobre la homofobia que se ha abierto en el país tras la muerte de Zamudio, el camino judicial contra los cuatro imputados sigue su curso. El fiscal nacional, Sabas Chahúan, ha anunciado que los delincuentes serán reformalizados por homicidio calificado consumado con al menos dos o tres agravantes: alevosía, pluralidad de malhechores y ensañamiento: “Vamos a ejercer la persecución penal más fuerte que sea posible en cualquier caso en que haya discriminación”. El fiscal a cargo de la investigación, Ernesto Vásquez, ha indicado que el crimen implicó grados de tortura.
Daniel Zamudio fue atacado la madrugada del 3 de marzo por ser homosexual. Le dieron puñetazos y patadas en la cabeza, lo golpearon con piedras, le fracturaron huesos, lo quemaron con cigarrillos, le cortaron una oreja y con una botella quebrada le marcaron el símbolo de la esvástica en la espalda y pecho. Tras permanecer veinticinco días hospitalizado, el martes se le decretó la muerte cerebral.
El periódico La Tercera ha dado a conocer este miércoles un informe de Carabineros que revela el historial delictual de los cuatros agresores de Daniel Zamudio. Alejandro Angulo (26), Raúl López (25), Patricio Ahumada (25) y Fabián Mora (20) acumulan 38 causas policiales, ya sea por ataques xenófobos, robos, desórdenes y riñas. El diario señala que el mayor de ellos, alias “El Gacke II”, atacó a dos peruanos en 2009.
Aunque el cuerpo de Daniel Zamudio ya no está en la Posta Central, el principal hospital de urgencias de la capital chilena, el frontis del establecimiento ha sido hoy un lugar de peregrinaje para cientos de ciudadanos que han dejado velas, carteles y cartas en el lugar. Una de las misivas anónimas ha causado gran revuelvo en las redes sociales durante todo el día: “Perdón, porque inexplicablemente volveremos a idiotizarnos con el fútbol y la farándula televisiva de turno”, señala el escrito.
La familia de la víctima no ha hecho declaraciones. La noche del martes, sin embargo, cuando el joven acababa de fallecer, el padre dio las gracias a la gente que se reunió en las afueras del hospital: “Quiero dar en nombre de mi familia todo el agradecimiento (…) Me han dado tanta fuerza para seguir apoyando a mi familia y a mis hijos”, indicó Iván Zamudio.