Un niño de 13 años ha muerto y 235 personas han sido hospitalizadas en la ciudad de Bombay tras resultar intoxicados por los polvos de colores con los que se embadurnan los indios durante el «Holi», celebración que marca la llegada de la primavera. El festival de los colores convierte la India en un campo de batalla en el que personas de todas las edades se embadurnan por las calles con polvos de colores y se rocían con agua.
Vikas Valmiki fue hospitalizado por el jueves la tarde con síntomas de alergía, pero los médicos poco pudieron hacer por el joven, que falleció por la noche. Otras 235 personas, la mayoría niños, fueron ingresadas en diferentes hospitales de la capital financiera india con dolencias como vómitos, dolor de cabeza y dificultades en la respiración. Muchos de los afectados proceden del barrio de chabolas de Dharavi, escenario de la oscarizada película «Slumdog Millionaire».
Polvos abandonados
La policía cree que los niños podrían haber encontrado bolsas con polvos abandonados en Dharavi, que contendrían productos químicos. Tras unas horas jugando con los polvos comenzaron a mostrar síntomas de envenenamiento. Tres de los afectados se encuentran en estado grave.
El festival de «Holi» procede de una leyenda en la que el rey de los demonios Jirania Kashipú trató de matar a su hijo Prajlad por su devoción al dios Vishnu. La hija del rey ardería en la hoguera al tratar de quemar a su hermano. La moraleja es la victoria del bien sobre el mal. Hoy la celebración es más terrenal y divertida. El país se paraliza en su fiesta más popular. Las calles se convierten en un jolgorio de colores y bailes, todo aliñado con el «bhang», una bebida de yogur con marihuana.