Las autoridades peruanas han comunicado este miércoles que las recientes muertes masivas de delfines y pelícanos en las zonas costeras del país no señalan la presencia de amenaza alguna para la salud humana en las aguas. Atribuyen el fallecimiento de las aves al calentamiento global, mientras que el de los delfines no lo relacionan por ahora con ninguna causa en concreto.
"Se calcula en aproximadamente 5.000 los pelícanos y piqueros muertos hasta el momento por el ingreso progresivo de aguas cálidas ecuatoriales", ha comentado en rueda de prensa Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico del Ministerio del Ambiente de Perú.
Según el viceministro, el aumento de la temperatura de las aguas del mar altera los patrones de distribución y la disponibilidad de la anchoveta, el alimento principal de los pelícanos, lo que provoca una 'hambruna' mortal para su población. Puntualizó que es probable que el fenómeno se extienda incluso a otras zonas del litoral, lo que incrementará el número de víctimas y podría afectar a más especies marinas.
"No hay un problema de salud pública asociado a posibles infecciones con virus, ni vinculado al tema de los delfines, ni vinculado al tema de los pelícanos que pueda afectar la salud humana. No estamos prohibiendo a la gente ir a la playa. El consumo de pescados y mariscos es completamente seguro y estamos animando a la gente a hacerlo. La especulación es totalmente irresponsable", acentuó Quijandría.
Rechazó que haya relación entre la muerte de las aves y los cetáceos. Comentó que se trata de una simple coincidencia. En cuanto a los 877 delfines muertos, acentuó que las pruebas todavía no han finalizado. Sin embargo, detalló que ya se puede descartar la posibilidad de una contaminación por metales pesados, provenientes de la exploración sísmica petrolera de la región.
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