La Constitución debe reflejar el sentir de todos lo egipcios, de todas las corrientes y minorías, y no sólo ser reflejo de un momento concreto de la Historia del país. Una quincena de partidos y movimientos políticos laicos y liberales, insatisfechos con la abrumadora mayoría de islamistas en la nueva Asamblea Constituyente egipcia (65 de 100), han creado un frente común para defender una Carta Magna «que represente todas las tendencias y a todos los egipcios». Hoy piensan manifestarse frente al Consejo de Estado egipcio para pedir que este nuevo órgano sea disuelto y elegido de una forma más representativa.
Unificados bajo la bandera «Constitución para todos los egipcios», la iniciativa agrupa a movimientos como la Asamblea Nacional para el Cambio, de Mohamed el Baradei, varios partidos de izquierdas como el Comunista, el Tagammu y el Socialista, varios sindicatos, la Coalición de Jóvenes de la Revolución y el Partido de los Egipcios Libres, laico y liberal. Piden garantizar que Egipto siga siendo «un Estado civil, con una Constitución redactada por el pueblo para garantizar el equilibrio entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial».
La elección de la Asamblea que redactará la futura Constitución egipcia ha multiplicado la desconfianza entre laicos e islamistas en el país. Además ocurre en un momento de especial tensión, con las elecciones presidenciales a la vista y una batalla dialéctica –por ahora- entre los Hermanos Musulmanes y la junta militar por la pertinencia o no de que el actual Gobierno interino continúe en el Ejecutivo.
Por ahora, 14 miembros de la nueva Asamblea han dimitido de su cargo en protesta por la sobrerrepresentación de islamistas en el órgano. Entre ellos se encuentran diputados del partido Socialdemócrata, del de los Egipcios Libres, o representantes independientes como el liberal Amr Hamzawy o el activista político Ahmed Harara, muy popular entre los jóvenes izquierdistas después de perder un ojo durante la revolución y el otro en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad del pasado noviembre.
Pero la protesta no se limita a la marcada presencia de islamistas. La diputada independiente Mona Makram Ebeid, una de las únicas 6 mujeres, y también de los 6 coptos elegidos para la Asamblea, ha dimitido porque considera que «la falta de representación de mujeres, de las poblaciones de Nubia (al sur) y el Sinaí (al este) y otros movimientos políticos y religiosos» es inapropiada para la redacción de una Constitución «que gobernará todo Egipto», señala, citada por el diario «Egypt Independent».
Aunque los laicos reconocen que el Parlamento –donde el 70% son islamistas- representa el sentir de la sociedad egipcia, la Constitución debe servir para las próximas décadas, por lo que no puede responder tan sólo a una sola forma de interpretar la realidad, aseguran.
Candidato propio
Los liberales temen que los islamistas acaben amasando todos los poderes en Egipto. Por ahora controlan las dos cámaras del Legislativo, y mantienen una agria discusión con la junta militar por asumir ya el Gobierno y disolver el Ejecutivo interino liderado por Kamal Ganzuri. Aunque los Hermanos Musulmanes han asegurado a lo largo del último año que no piensan nombrar un candidato para las elecciones presidenciales, ahora no están tan seguros. La ejecutiva del grupo se reunirá hoy para decidir a qué candidato de los ya existentes van a dar su apoyo o si, por el contrario, presentarán uno propio.
La cofradía podría intentar así contrarrestar el peso que pueda tener el principal candidato salafista a las elecciones, Hazem Salah Abu Ismail, que ha cogido carrerilla en las últimas semanas, y que podría acabar llevándose todo el voto islamista. Pero no todos dentro de la Hermandad apuestan por la vía del candidato propio. El diputado Mohamed el Beltagy, uno de los líderes del PLJ, quien aseguró en una entrevista con ABC el pasado noviembre que ningún miembro del grupo se presentaría a las presidenciales, reiteró ayer en su página de Facebook esa resolución. «Me opongo a la propuesta de la Hermandad de nombrar a un presidente de dentro del grupo y creo que la Hermandad debería admitir sus propios errores», señaló el diputado.