En el segundo día de su visita a Cuba, la mayor isla de las Antillas, Benedicto XVI realizó una peregrinación en privado al santuario de la Virgen del Cobre, venerada en Cuba como la patrona de la isla.
El Papa rezó de rodillas y con profunda devoción ante la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en su basílica vacía, sin gente, sólo con la presencia de cardenales y obispos. Tras el rezo privado, el Papa leyó, con los presentes, la oración de la Virgen en su año jubilar y encendió un cirio ante la imagen: "Madre de todos los cubanos, ayúdanos a superar el rencor, la división y la enemistad".
A la salida de la Basílica mariana, el Papa expresó su deseo de que "hagan saber a todos que el Papa ha encomendado a la madre de Dios el futuro de su patria" . Y, a continuación, el Papa desgranó en público las peticiones concretas que hizo, en su oración, a la Virgen por paz, justicia, gozo...
Dentro de estas peticiones, especificó, " He puesto asimismo en su inmaculado Corazón a los jóvenes , para que sean auténticos amigos de Cristo".