Un hombre iraní que aseguraba ser Dios y que tenía varios discípulos ha sido ejecutado en la horca en el suroeste de Irán después de ser declarado culpable de apostasía, según ha informado este lunes la agencia de noticias Fars. Abdolreza Gharabat, que fue ahorcado el miércoles pasado, había engañado a varias personas para que le venerasen, según Fars, que indica que la mayoría de sus seguidores eran 'jóvenes' de la provincia de Juzestán.
La apostasía, el asesinato, el adulterio, la violación, el robo a mano armada y el tráfico de drogas son delitos punibles con la pena de muerte según las leyes islámicas que rigen en Irán desde la Revolución Islámica (1979).
Según un informe publicado este mes de enero por la Campaña Internacional para los Derechos Humanos en Irán, en este país se ha ejecutado a una persona cada ocho horas, de media, desde que comenzó el año.
Los grupos defensores de los Derechos Humanos afirman que solo China supera a Irán en cuanto a la cantidad de personas a las que ajusticia y que es el país del mundo que más ejecuciones realiza en relación con el número de habitantes.