Mamá de un hijo, a Feng Jianmei la estricta política de natalidad China le impedía volver a ser mamá, a menos que contara con los recursos para afrontar una costosa multa. Pese a eso, quedó embarazada. Cuando la gestación iba por el séptimo mes, las autoridades la obligaron a abortar. Las fotos de ella acostada en la cama de un hospital con el bebé muerto a su lado circularon por Internet y generaron tal indignación que motivaron desplazamientos de funcionarios y un pedido de disculpas del gobierno.
Organizaciones de derechos humanos de la provincia de Shaanxi – en el norte de China- explicaron que la chica fue obligada a abortar porque no tenía los 40.000 yuanes (unos 5.000 euros o 6.200 dólares) para pagar la multa por infracción a la política de hijo único.
Las autoridades de Shaanxi confirmaron el caso y señalaron que los investigadores habían recomendado sanciones contra los responsables del aborto al que fue sometida Jianmei. Los primeros en pagar el costo político de la medida fueron el director de planificación familiar provincial, entre otros funcionarios, informó la agencia oficial de noticias Xinhua. Pero la investigación sigue abierta y podría haber más alejamientos.
"Esta es una violación seria de las políticas de planificación familiar, arriesga el trabajo de control de la población y provoca desasosiego en la sociedad", señaló en su sitio de Internet el gobierno regional, que recordó que los abortos de embarazados en estado avanzado están prohibidos desde 2001.
Las fuertísimas imágenes de la joven en la cama de un hospital con su bebé ensangrentado circularon como reguero de pólvora en Internet y causaron enorme rechazo tanto en China como en el exterior.
Los comentarios cargados de indignación invadieron las redes sociales y los sitios de noticias. En uno de ellos, un usuario llegó a comparar el aborto con los actos perpetrados por "los demonios japoneses y nazis".
Los abortos forzados son muy frecuentes en China, el país más poblado del mundo con 1.340 millones de habitantes, que instauró a finales de los 70 una drástica política de control de la natalidad. En general, los chinos en las ciudades solo pueden tener un hijo y los del campo dos, cuando la primera es nena.
Un responsable de la Comisión Nacional y de Planificación Familiar que no quiso revelar su nombre dijo que consideraban el asunto "serio e importante" y que la investigación del caso de Jianmei estaba siendo realizada al "más alto nivel".
Clarin |