Un incendio destruye la estación científica brasileña de la Antártida


La comunidad científica brasileña está de luto. La estación Antártica Comandante Ferraz, ubicada en la isla Rey Jorge, ha resultado destruida por un incendio que tuvo lugar en la sala de máquinas. El balance humano ha sido de dos muertos: el suboficial de marina, Carlos Alberto Vieira, que ya había decidido jubilarse, y el sargento Roberto Lopes dos Santos. Los daños científicos son "incalculables", según Yocie Yoneshigue Valentin, coordinadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Antártica de Investigación Ambiental (INCT).
Aviones militares empezaron enseguida a rescatar a las 59 personas -30 de ellas científicos- que trabajaban en la estación, conduciéndolos a Punta Arenas en Chile.

La base científica militar brasileña de la Antártida, creada en 1984, contaba con 2.600 metros cuadrados, con laboratorios científicos de alta calidad, dormitorios, biblioteca, cocina industrial e instalaciones para embarcaciones destinadas a expediciones científicas. Todo ha quedado destruido y la Marina se ha mostrado “porfundamente consternada” con lo ocurrido.

Al parecer no funcionaron los sistemas de alarma. Se sabe solo que hubo una explosión en la sala de máquinas donde estaban los generadores de energía.

“La noticia no dejará de consternar a Brasil ya que las pérdidas son inconmensurables. Han desaparecido además todos los datos científicos recogidos desde diciembre, que no tienen precio”, ha afirmado Yocie. La investigación en curso estaba enfocada a organismos de masa de agua y macroalgas marinas.

Según uno de los mayores especialistas brasileños en la Antártida, Jefferson Cardia Simõrs, el gobierno deberá revisar las dimensiones de la estación incendida, que al parecer había crecido excesivamente.

El Ministro de Ciencia y Tecnología de Brasil, Marco Antonio Raupp, un biólogo de fama mundial, ha dicho que el gobierno “continuará dando apoyo a las importantes investigaciones científicas realizadas por Brasil en la Antártida”, lo que ha sido interpretado como una señal de que la estación destruida por el incendio podrá ser reconstruida.