La agenda homosexual avanza imparable con el contubernio de organismos internacionales, gobiernos, medios de comunicación… La sodomía ya forma parte del currículum escolar de los niños como algo educativo que hay que aprender. Incluso Google, este 14 de febrero, ha lanzado un mensaje subliminal homosexual a través de un corto animado. Sin embargo, este colectivo que pide el fin de la homofobia, arremete contra los gays que abandonan esta práctica, fuente de un gran sufrimiento íntimo. El libro del exgay Richard Cohen, “Comprender y sanar la homosexualidad”, editado por Libroslibres en España, ha sido censurado con ira y sometido a boicot comercial por el lobby gay, ese nuevo inquisidor, contraviniendo la más elementales normas de libertad de publicación. Por su parte, el editor de la obra reconoce haber recibido ya unas 200 cartas de agradecimiento por parte de homosexuales que han recibido luz y ayuda para salir de su condición sexual. Ojalá los gobiernos, con Rajoy a la cabeza, comprendieran que, dar carta legal al libertinaje, no redunda en la felicidad de sus ciudadanos, porque en el hombre anida un alma espiritual que hay que tutelar por encima de los sentimientos y pasiones.