El cardenal Jaime Ortega Alamino ha dicho que los 13 disidentes que ocuparon una iglesia de La Habana un par de días antes de que el Papa Benedicto XVI visitara la isla, eran todos delincuentes, en gran medida sin educación, y que al menos uno tenía problemas mentales.
Pero miembros del grupo dicen que entre ellos hay un arquitecto, un técnico en computación, un entrenador deportivo, un contable y un técnico forense. Al menos seis dicen que no tienen antecedentes penales, y uno, en efecto, está perturbado mentalmente, debido a la persecución del gobierno, según contó un amigo.
“Sólo puedo decir que los 13 son una muestra de la sociedad cubana, en la que hay de todo”, dijo en La Habana el activista de los derechos humanos Elizardo Sánchez, quien calificó con enojo los comentarios de Ortega de “increíbles”.
Ortega, que ya ha sido calificado por sus críticos como demasiado amistoso con gobierno de Raúl Castro, provocó una tormenta de repudio la semana pasada, cuando criticó a los 13 disidentes durante un discurso en la Universidad de Harvard.
“Todos eran antiguos delincuentes”, declaró, añadiendo que “carecían de un nivel de cultura”. Describió a uno como aquejado por problemas mentales, y a otro como devuelto a Cuba por las autoridades de Estados Unidos después de cumplir seis años en una cárcel de Estados Unidos.
El “excluido” en Estados Unidos fue Carlos Miguel López Santos, quien ha afirmado que las autoridades estadounidenses lo deportaron luego de confundirlo con otro hombre acusado de terrorismo, dijo María López Báez, directora de la Comisión Cubana de Derechos Humanos en Centro Habana.
Otro de los 13, efectivamente, sufre de problemas mentales, añadió López, que dijo a El Nuevo Herald por teléfono desde La Habana que ella los conoce a todos. Pero los problemas de esa persona fueron creados por la represión del gobierno, señaló López, aunque no quiso identificarlo.
Durante su discurso en Harvard, Ortega no dijo cómo obtuvo la información sobre los 13. Su oficina en La Habana no respondió a un correo electrónico preguntando si la información había surgido de los propios disidentes o de funcionarios del gobierno.
López dijo que los 13 eran disidentes cubanos comunes, 11 de ellos miembros del poco conocido Partido Republicano de Cuba (PRC), y dos del Movimiento 30 de Noviembre Frank País. Ellos ocuparon la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, en La Habana, el 13 de marzo, y Ortega pidió al gobierno cubano que los obligara a salir al día siguiente.
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