Familiares y sobrevivientes del desastre del Titanic recordaron el 100 aniversario del hundimiento del barco este domingo.
Muchos tomaron parte en un crucero especial que se detuvo en el lugar exacto donde el Titanic se hundió el 15 de abril de 1912.
Más de 1.500 pasajeros y tripulantes murieron cuando el gigantesco trasatlántico, llamado insumergible, golpeó un iceberg y se sumergió por completo menos de tres horas después.
Hay muchas historias de heroísmo entre las víctimas, incluyendo la del pastor John Harper.
Según Baptist Press, Harper pasó sus últimos momentos tratando de salvar almas y al menos logró llevar a un hombre a los pies de Cristo mientras ocurría la tragedia.
Harper había pastoreado Iglesias en Glasgow y Londres e iba rumbo a América para aceptar el pastorado de la Iglesia Moody en Chicago, fundada por el famoso evangelista Dwight L. Moody.
Cuando el Titanic golpeó el iceberg, Harper puso a su hija de seis años en un bote salvavidas pero se rehusó a entrar a uno, aunque él era su único pariente con vida.
Luego fue entre los pasajeros hablándoles de Jesucristo. Cuando un hombre rehusó la oferta de salvación, Harper le ofreció su propio chaleco salvavidas.
“Tú necesitas esto más que yo”, le dijo.
Mientras el barco comenzaba a hundirse, se escuchaba a Harper gritar: “Mujeres, niños y no salvos a los botes!”
Incluso luego que el barco se sumergió, Harper se las arregló para nadar hacia cuánta gente le fue posible, rogándoles que entregaran sus vidas a Cristo.
Un sobreviviente luego contó cómo rehusó la oferta de Harper en primera instancia, pero se entregó a Cristo minutos después cuando el predicador nadó de nuevo para decirle, “Cree en el Señor Jesús y serás salvo”.
El hombre fue rescatado después y contó su historia en una iglesia de Ontario, diciendo a la multitud, “Yo soy el último convertido por John Harper”.