Jesús enseña sobre el divorcio - RV1960

19:1Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán.19:2Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.
19:3Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?
19:4El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?,19:5y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne
19:6Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
19:7Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?
19:8El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.
19:9Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.
19:10Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.
19:11Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.
19:12Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.

Eunuco: Hombre castrado que se destina en los serrallos a la custodia de las mujeres. En la historia antigua y oriental, ministro o empleado favorito de un rey.
Serrallo: Lugar en que los mahometanos tienen a sus mujeres y concubinas. Cualquier sitio donde se cometen obscenidades.